martes, 11 de enero de 2011

EVALUACION Y APRENDIZAJE


La Pedagogía se enfrenta a un gran reto en estos momentos y es el de  dirigir el proceso enseñanza aprendizaje de forma tal que el estudiante desarrolle un pensamiento reflexivo y  crítico para  que pueda aplicar, desde el punto de vista cognoscitivo, estrategias para aprender por sí mismo.
El aprendizaje es un proceso continuo durante el cual los estudiantes están recibiendo información permanente, interpretándola, conectándola a lo que ya saben y han experimentado (saberes previos), y reorganizando y revisando sus concepciones internas del mundo.

En la actualidad se valora el aprendizaje del estudiante en el proceso y en el producto. Se debe tener en cuenta la autorregulación del aprendizaje ya que ésta no es una capacidad mental como la inteligencia o una habilidad como la lectura sino un proceso autodirigido, a través del cual los estudiantes transforman sus capacidades mentales en habilidades académicas, llegando así con facilidad al uso de estrategias del aprendizaje en las diferentes áreas del conocimiento.  Seguimos encontrando estrategias  muy innovadoras notándose aún el acompañamiento del sistema de evaluación tradicional. Se hace evidente que en nuestras aulas aún persiste el carácter reproductivo del pensamiento de los estudiantes a causa de la concepción tradicional del aprendizaje plasmado en los planes y programas de enseñanza, que propicia en esencia las formas empíricas del pensamiento.
Los educadores  no siempre precisan  los objetivos a alcanzar para el desempeño intelectual que debe lograr el estudiante, lo cual dificulta la organización de la actividad cognoscitiva para propiciar su desarrollo, para enseñarle estrategias cognitivas. Si los estilos de enseñanza de los docentes logran hacerse corresponder con los tipos de preferencia de los estudiantes  y sus estilos de aprendizaje, el proceso de la educación transitaría por caminos más amplios, diversos y con mayor efectividad.
 Los seres humanos somos diferentes porque todos tenemos diferentes combinaciones de inteligencias; si lo reconocemos así, tendremos al menos una mejor oportunidad de enfrentar apropiadamente los problemas que el mundo nos pone como retos. La teoría de Gardner nos ofrece una respuesta a esta interrogante. Naturalmente, no debemos confundir los estilos de aprendizaje con las inteligencias múltiples. Los estilos pueden variar de tarea en tarea, las inteligencias múltiples, no.
Cada aprendizaje es un proceso abierto y con un final que requiere de una actividad cíclica por parte del estudiante y que tiene lugar a la premeditación, ejecución o control voluntario y autorreflexión,  todo esto llega hacer  parte de la autorregulación; por lo tanto, se debe hacer un seguimiento del aprendizaje por medio de una observación del progreso y las dificultades que el estudiante presenta en su proceso de formación , teniendo en cuenta los ritmos de aprendizaje en sus diferentes aspectos de interés, capacidades, limitaciones de tipo afectivo, familiar y entorno social.
Una institución centrada en el individuo tendría que ser rica en la evaluación de las capacidades  e  inteligencias de las tendencias individuales. Intentaría asociar individuos, no sólo con áreas curriculares, sino también con formas particulares de impartir esas materias Gardner identificó siete tipos de inteligencias y posteriormente añadió una octava; él las explica como talentos o aptitudes y las define de esta forma:
En la parte lingüística  se tiene en cuenta la  facilidad para escribir y comprender textos, la lectura, construcción de cuentos y hacer crucigramas entre otros.
En la lógica matemática  capacidad del estudiante para  construir patrones de medidas categorías y relaciones, resolver problemas aritméticos y experimentos teniendo en cuenta sus capacidades
Corporal   Procesamiento del  conocimiento a través de las sensaciones corporales. Deporte manualidades y el baile
Visual y espacial Facilidad en la lectura de imágenes y dibujos, capacidad para  armar rompecabezas, utilización adecuada del tiempo libre y la participación de los juegos constructivos.
Musical  Reconocimiento de las características que presenta la obra musical escuchada, identificación de sonidos por medio de diferentes instrumentos musicales
Interpersonal  Relaciones que maneja con sus compañeros, la  comunicación, el respeto por los sentimientos que maneja con  los que están a su alrededor.
Intrapersonal  Observación de la capacidad de controlar sus impulsos, manejar sus sentimientos y vida interior
Inteligencia Naturista la habilidad para reconocer y clasificar plantas, minerales y animales
Las inteligencias trabajan juntas en formas complejas, siempre están interactuando, no existen aisladamente. Hay muchas formas de ser inteligente
Las exigencias actuales de la educación   a nivel mundial requieren el desarrollo del pensamiento consciente, reflexivo en los estudiantes para cumplir el encargo social como futuros profesionales capaces de trabajar de forma independiente de manera que los niveles de competencia y desempeño alcancen la excelencia. Para lograr este objetivo es imprescindible dotar a los estudiantes con las herramientas de trabajo que les permitan alcanzar este desarrollo. Es en este propósito que las estrategias de  aprendizaje juegan un papel primordial en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Es de vital importancia además el papel del docente como mediador, concepto sugerido por Vygotsky, como una base fundamental para desarrollar la experiencia de aprendizaje mediado para promover la capacidad de los estudiantes de gestionar su propio aprendizaje, de hacerlos responsables y entes activos de su propia educación comenzando desde la  primaria hasta la universidad para dotarlos de las herramientas intelectuales y sociales.  Se pretende  que el niño o el joven puede hacer hoy en forma independiente lo que ayer sólo lo realizaba con ayuda de otros y de esta forma, estas áreas pasan a transformarse en Zona de Desarrollo Real en una etapa posterior.  Este concepto retomado posteriormente por Feuerstein, plantea que la experiencia de aprendizaje se da a través de un mediador, aquel que  proporciona un desarrollo cognitivo adecuado y viceversa, carencia de un aprendizaje mediado se obtiene un desarrollo cognitivo inadecuado
Para Feuerstein la inteligencia humana es la propensión o tendencia del organismo a ser modificado estructuralmente, como una forma de adaptación plena, productiva y permanente a nuevas situaciones y estímulos, sean éstos internos o externos. Implica experiencias positivas de aprendizaje mediado, es decir, asegura que el aprendizaje se pueda obtener.
Aprender a mediar es un proceso que implica varias condiciones, a saber:
•Creer que la mediación es una acción altamente poderosa en los procesos de desarrollo de las estructuras que permiten aprender.
•Tener la claridad de que siempre es posible mejorar la actitud y la habilidad pedagógica personal.
•Reconocer que la simple enseñanza de los “temas de las asignaturas” no es el camino de desarrollo de las personas.
•Comprender que la educación del presente es muy diferente de la del pasado y que es necesario ajustar los enfoques educativos al desarrollo de la personalidad.
•Identificar las variables que hacen del proceso educativo un verdadero ámbito de formación personal.
Identificar y comprender los criterios de mediación para aplicarlos permanentemente.

El aprendizaje es el núcleo de la acción educativa, condicionada por la evaluación que valora el aprendizaje  del estudiante en el proceso y el producto. La evaluación ha sido un elemento externo a la actividad de aprender. Se le considera como un medio por el que valoramos un aprendizaje y a partir de los resultados se inician nuevos aprendizajes.

El aprendizaje y la evaluación deben tomar en consideración el desarrollo del propio estudiante, es decir, sus expectativas, sus niveles iníciales, sus estilos de aprendizajes, sus ritmos, intereses, sus necesidades y proyección futura. Desde este ámbito el reto de la evaluación es cómo debe plantearse para ser congruente con las teorías que se adoptan para un aprendizaje significativo y respetuoso con las necesidades individuales y culturales del estudiante.
El aprendizaje significativo da importancia a la metacognición por su incidencia en la capacidad de “aprender a aprender”. Desde la evaluación debemos estimular estas actividades metacognitivas para que el estudiante tome conciencia de su propio proceso de aprendizaje, de sus avances, dificultades, de las acciones que le han hecho progresar y de aquellas que la han inducido a error. La evaluación se transforma así en un instrumento del estudiante para concientizarse de lo que ha aprendido, de los procesos que le han permitido adquirir nuevos aprendizajes, así como para autorregular dichos procesos. La evaluación y las estrategias evaluativas que se realizan en el aula de clase deben facilitar el desarrollo de habilidades de autoconocimiento y autorregulación. Las estrategias de evaluación metacognitivas, tales como los diarios, los portafolios, mapas conceptuales, la autoobservación  son recursos que favorecen una evaluación centrada en el proceso más que en los resultados.
Por lo tanto, el ideal para los docentes sería dejar a un lado  la tiranía de los extensos programas de estudio y utilizar mayor tiempo de clase para generar instancias de aprendizaje que habiliten a los estudiantes a poder apropiarse de aquellos contenidos
En cuanto a la evaluación aún estamos buscando cual es la mejor forma para hacerlo tanto en los conocimientos como inteligencias y  competencias, hay  que romper paradigmas y tratar de encontrar la mejor forma de evaluar los procesos del aprendizaje.
La evaluación condiciona de tal manera que bien podría decirse que la hora de la verdad no es la del aprendizaje sino la de la evaluación. Esta debe ser congruente con las teorías para un aprendizaje significativo y respetuoso con las individualidades culturales del estudiante y sus necesidades en cada área. Se deben promover acciones evaluativas que pongan en juego la  funcionalidad de los nuevos aprendizajes que le ofrece las diferentes áreas para aplicarlos en la solución de problemas y construcción de nuevos conocimientos. Además de promover tareas y actividades que tengan sentido para el estudiante debe desarrollar los procesos para la estimulación de habilidades metacognitivas para que el estudiante tome conciencia de su propio aprendizaje, de sus avances  y dificultades.

En nuestra realidad educativa, no todo es válido ni todo es equivocado,  se deben conocer las distintas teorías y experiencias educativas en el mundo para poder reformularlas o adaptarlas a nuestras necesidades. Independientemente de la polémica de considerar “inteligencias”, “capacidades” o “fortalezas” a esas facultades más o menos desarrolladas en las personas, a los docentes nos resulta de suma utilidad diagnosticarlas en nuestros estudiantes, ya que nos permite comprenderlos más y delinear las actividades más apropiadas para obtener los máximos aprovechamientos. Claro que para eso el docente debe estar en la búsqueda constante de una permanente capacitación y actualización,  recibir ayuda de expertos, disponer de tiempo extra, institucionalizar el trabajo y comprometer a toda la comunidad. Tarea para nada fácil pero no imposible.
El docente inconscientemente ya hace adecuaciones y actividades variadas y especiales, falta fundamentarlas, sistematizarlas, incorporarlas a la tarea diaria y, a la hora de evaluar tenerlas en cuenta.
Por otra parte, debemos tratar de desarrollar las facultades que no lo están y creemos  que allí está el mayor desafío. La capacidad de inventiva y creatividad, siempre puesta de manifiesto por los docentes, sólo necesita ser “activada” por un estímulo que bien puede ser éste. Si seguimos encontrando culpables fuera de nosotros mismos y no buscamos las formas de cambiarnos y cambiar a nuestros estudiantes, no hay futuro para mejorar la educación en nuestro país.







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